Ayer, 8 de noviembre del 2012 estuvimos debatiendo en clase el capítulo 5 del autor Buckingham sobre su libro "Más allá de la tecnología: aprendizaje infantil en la era de la cultura digital".
En sí, este capítulo nos habla de la visión de los jóvenes como una generación digital, abarcando muchos temas.
Nos dice que el uso de la tecnología, por parte de los niños y en general, en la actualidad es más individualizado, generándose así tal como dice Sonia Livingstone la "cultura de dormitorio", es decir, los niños se emergen en las nuevas tecnologías de manera individual, hacen un uso solitario sin la vigilancia de nadie.
Prensky ve como algo bueno la multitarea de los niños, quiero decir, el hecho de que actualmente los niños hacen o desarrollan varias actividades a la vez como por ejemplo hacer los deberes y escuchar música; sin embargo, Buckingham se mantiene alejado a esta idea.
Por otro lado, un aspecto importante que se recalca y que sucede en nuestra vida diaria es que las nuevas tecnologías han creado unos intereses económicos a partir de la globalización de las industrias de los medios, por lo tanto, esto originó que los niños, desde entonces y hasta ahora, sean vistos como un nuevo mercado; así pues, los jóvenes son un público al cual vender algo, a diferencia de hace unas décadas, en la que los niños no eran un consumidor en potencia, no les interesaba.
Dejando de banda esto, Tapscott diferencia dos oposiciones, una "la generación de la televisión" y la otra " la generación Red". Para él, en la generación TV los niños toman una acción pasiva, mientras que en al Red una acción activa, por lo tanto, que la TV atonta a los usuarios y los aísla mientras que la Red aumenta la inteligencia de estos y construye comunidades. Dicho esto, Tapscott ve las nuevas tecnologías como infinitas oportunidades para los niños, las cuales les aportan muchos conocimientos y habilidades.
En este capítulo también se habla de las diferencias del uso de las tecnologías dentro del ámbito educativo y fuera de este.
El uso de Internet por parte de los niños fuera de las escuelas es sobre todo para satisfacer sus deseos de comunicarse y entretenerse, en cambio, dentro de los centros educativos se restringe el uso de acceso a Internet, se limita el uso a ciertas páginas mediante el software de filtrado, aunque no es suficiente.
El autor nos dice claramente que este software no ayuda mucho, no es la mejor opción sino que lo que tenemos que hacer es informar a los estudiantes de los riesgos de Internet y ayudarles a regular su propio uso de este. Además, en casa los padres no tienen que prohibir a sus hijos el uso de ciertas páginas web y en sí de Internet, lo que tienen que hacer, tal como se ha comentado antes, es explicarles porque no pueden entrar en ciertas páginas y lo que eso conllevaría, porque una prohibición total puede provocar que el niño tenga mas deseo por hacer aquello prohibido a escondidas, pues, de sus padres.
En resumen, se abarcan muchos aspectos, temas y opiniones sobre la utilización de las TIC por parte de los jóvenes, unos las defienden y otros consideran muchos aspectos negativos de estas. Así pues, una vez leído este capítulo me surgen algunas preguntas, como por ejemplo ¿ Cómo hacer un uso de la tecnología mas social en vez de tan individualizado? y, la pregunta más importante para mí: ¿ Entonces, las nuevas tecnologías se consideran positivas o negativas?.
Respecto a esta última pregunta, yo tengo una clara respuesta según mi punto de vista y es que yo considero que las nuevas tecnologías no se pueden considerar ni negativas ni positivas, tienen algunos aspectos positivos y otros tantos negativos.
En definitiva, las TIC son un gran mundo complejo que hemos de saber utilizar y el fin por el que las usamos.
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